Todos los caminos llevan a un café romano
Roma es una ciudad que se descubre con los cinco sentidos: la vista en sus plazas, el oído en sus calles llenas de vida, el olfato en los mercados… y, por supuesto, el gusto en cada taza de café. Hoy te propongo un recorrido distinto, donde el destino no es un monumento sino una bebida: el café romano. Una interpretación atrevida del espresso, con un giro inesperado de limón que convierte un simple shot de café en una experiencia fresca, vibrante y muy italiana.
Viaja a Roma con destino a la piazza Navona, el origen del café romano
En el corazón de Roma, la tradición del café ha sido siempre un símbolo de encuentro. Allí, entre terrazas y fuentes barrocas, surge la leyenda del espresso romano. Aunque no hay documentos que certifiquen su origen exacto, muchos coinciden en que esta bebida nació como una forma de suavizar y a la vez potenciar el amargor natural del café con un ingrediente típico de la región: el limón.
Este detalle refleja la esencia mediterránea: sencillez, frescura y contraste. Así, el café romano se ha convertido en una forma diferente de disfrutar la cultura cafetera italiana, uniendo historia y modernidad en una misma taza.
Campo de’ Fiori, donde la magia del sabor florece
Pasear por Campo de’ Fiori es sumergirse en un mercado lleno de colores y aromas, donde los cítricos reinan en cada puesto. Y es precisamente aquí donde entendemos la magia del café romano: la fusión entre el cuerpo intenso de un espresso y la chispa cítrica del limón.
El resultado es una bebida sorprendente, fresca y aromática, que no solo despierta el paladar, sino que también cambia la manera de percibir un shot de café. Es un contraste que funciona: la acidez realza las notas dulces y afrutadas, mientras que los aceites del limón aportan un perfume que eleva la experiencia a otro nivel. El espresso romano no es solo café, es un pequeño lujo sensorial.
Desde Roma hasta tu propia barra de barista
Nuestro viaje no se queda en Roma, ya que lo mejor del café romano es que puedes prepararlo en casa y sentirte como un auténtico barista.
Ingredientes del café romano
● 1 cápsula Nespresso Shanghai Lungo
● 1 rodaja de limón fresco (opcional: unas gotas de jugo)
● (Opcional) una cucharadita de azúcar
Preparación
PASO
1Extrae tu café: prepara un shot de café con la cápsula Shanghai Lungo. Este blend de Arábicas de Kenia, China e Indonesia destaca por sus notas de naranja, melocotón y frutos rojos, con una delicada acidez que combina a la perfección con el limón.
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2Añade el toque cítrico: exprime suavemente unas gotas de jugo de limón sobre el café recién hecho o acompáñalo con una rodaja en el borde de la taza. La clave está en no excederse: basta con un toque ligero para realzar la frescura sin opacar el café.
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3Decora al estilo romano: utiliza una piel de limón para perfumar el espresso. Puedes colocarla en el borde de la taza o sumergirla brevemente en el café para liberar sus aceites aromáticos.
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4Personaliza a tu gusto (opcional): si prefieres un contraste más suave, añade una cucharadita de azúcar.
Una taza de un buen café siempre se disfruta mejor en la comodidad de tu hogar
Todo viaje deja una huella, y el espresso romano no es la excepción. Su frescura cítrica, unida a la intensidad del café, lo convierte en una bebida perfecta para disfrutar en momentos de calma: en tu terraza al atardecer, en una pausa de media mañana o incluso como un toque elegante para sorprender a tus invitados.
El café romano es tradición reinterpretada con un aire moderno. Una bebida simple pero sofisticada, capaz de transportarte a Roma en cada sorbo, especialmente si lo preparas con la cápsula Shanghai Lungo, diseñada para resaltar notas afrutadas y una delicada acidez que maridan a la perfección con el limón.