Nespresso Professional, a la conquista del “Cocinero del Año”

Barcelona fue “culpable” de la cocina de innovación, casi futurista. Granada trajo con ella un ambiente festivo y productos de origen andaluz y latino. ¿Qué ha traído esta vez Valladolid? Pues lo mejor de cada casa: productos de la tierra, pero también la innovación que todo crítico gastronómico necesita en sus reseñas.

Una cita en la ciudad que ha vivido toda la historia de un país de amantes del buen comer. Una cita donde la gastronomía se siente con los cinco sentidos. Un concepto que desde Nespresso Professional entendemos a la perfección, y por ello el aroma a café fue el perfume principal de esta semifinal llena de emoción.

Ocho chefs pusieron el alma en esta semifinal cargada de emoción, de aroma y de sabor. El jurado no lo tuvo fácil. Y eso que contaba con grandes estrellas como Betina Montagne, que ya venía entrenada para juzgar de “Bake Off”; Xanty Elías, estrella Michelin de otra tierra andaluza, Huelva; o Julia Pérez, periodista gastronómica.

Entre los grandes competidores, Áxel Smyth Taracido y Cristóbal Muñoz Ortega, junto a sus ayudantes Claudia Merchán y William Saavedra, han destacado quedando primero y segundo respectivamente en la semifinal de “Cocinero del Año” de Valladolid. Áxel apostó por la cocina castiza reinventada, mientras que Cristóbal daba la vuelta al mundo con sus creaciones. Ambos dignos de participar en la final que tendrá lugar en la Feria Alimentaria 2020. Un toledano y un vallisoletano, las dos Castillas, demostrando que lo importante, hasta en geografía, está en el Interior.

Damián Seijas repite por tercera vez como jurado en la semifinal de “Camarero del Año”. Un concurso que representa, como siempre ha sido, la combinación perfecta de metres, baristas y someliers. Nuestro embajador de café de Nespresso, junto a otros nombres del panorama hostelero como Noel Vela, Ángela Marulanda o César Cánovas, pudieron degustar tiradas de cerveza, cócteles y recetas de café.

Flavio Mila Lopes, jefe de sala de El Ermitaño en Zamora, fue el claro ganador de este título. Pero hubo otro premio para aquel que consiguió despertar nuestra curiosidad gracias a su receta de café. Una receta que consigue que dos bebidas enemistadas se reconcilien del todo. ¿Qué receta Nespresso dejó a todo Valladolid asombrado?

Valladolid es uno de los estandartes de la gastronomía castellana más destacados. Los expertos la denominan como cuna de la cocina de interior, la que se especializa en asados, legumbres y postres muy dulces. Todo maridado con el mejor vino (no por menos el Suroeste se le conoce como Tierra del Vino) y acompañado de ingredientes vegetales de gran calidad (el norte, también llamado Tierra de Campos).

Se nos hacía la boca agua solo con pensar en las creaciones con las que podían sorprendernos chefs y camareros. Una urbe llena de historia, materias primas de calidad y un café Origin para despertar la unidad en la cocina. Y dos excelentes profesionales que pusieron todo su empeño en llevarse los premios a “Mejor Tapa Nespresso” y “Mejor Receta Nespresso”.

El jurado de “Cocinero del Año” y “Camarero del Año” fueron los encargados de juzgar a ambos equipos de participantes. Chefs como Teresa Gutiérrez, antiguos ganadores como Joaquín Baeza, periodistas gastronómicas como Julia Pérez juzgaron a los amantes de los fogones. Profesores como Jesús del Río, expertos en café como Damián Seijas, baristas como Adrián Fernández, juzgaron a los creadores de comandas.

“Café y pistacho, amargo y tostado”, de Rubén Osorio, es la tapa ganadora. Inspirada en Valladolid, el propio chef declaró que “últimamente los campos de Castilla huelen a pistacho, ya que su cultivo ha crecido exponencialmente, sobre todo en esta ciudad. Ahora que tenemos pistacho y de los buenos, qué mejor que maridarlo con un café también de los buenos”. Un café Origin Brazil, este fruto seco, cacao y más ingredientes destacaron frente al resto de magníficos platos.

Christian Illán es el ganador de la “Mejor Receta Nespresso”. Una receta que reúne dos bebidas de sobremesa antes enfrentadas. “T & Café” fusiona las mejores características del té con los mejores beneficios del café. Una preparación digna de ver en directo. Una preparación digna de un premio muy especial.

Castilla cultiva un pistacho de calidad excepcional. Se puede comer solo, acompaña a platos fríos y calientes; entrantes, carnes, pescados y postres. La versatilidad que ofrece al ponerse manos a la obra, o, mejor dicho, a la masa, lo convierte en un aliado de la gastronomía castellana.

Este fruto seco es la nota decisiva en una reñida batalla de tapas. El tapeo, esa costumbre tan nuestra, reinventada gracias a los toques futuristas de los chefs participantes. Y Rubén Osorio, de Miranda del Ebro, fue un vencedor imposible de olvidar.

Con experiencia en el concurso “Cocinero del Año” (quedó en tercera posición la pasada edición), este chef decidió formarse en cocina y pastelería (de ahí la exactitud miligrámica de sus recetas) pero, como quería conocer todos los entresijos que tiene el sector gastro, también se formó en servicios de restaurante y bar.

El cocinero más famoso del restaurante La Casona, en Pancorbo, Burgos, está feliz de haber plasmado a la perfección su tapa de café, pistacho y mucha, mucha inspiración de la tierra del Pisuerga.

El premio a la mejor “Receta Nespresso” se fue esta vez para Madrid, para el restaurante más alto de toda la capital. Este barista ha conseguido que pensemos en el té y el café como un uno. Dos bebidas creadas para enfrentarse conviven en armonía en un vaso de receta. ¿Cómo no íbamos a premiar esta bandera blanca de la paz que se sirve fría y agitada, pero no revuelta?

¿Cuál fue el premio de estos dos monstruos culinarios? Un viaje a Barcelona para asistir al Nespresso Atelier, un espacio gastronómico efímero en el que pudieron disfrutar, junto a sus acompañantes, de una cena Estrella Michelin de la mano de Paco Pérez y de una sesión de alta coctelería con Héctor Henche, barista y director de Fizz Bartenders.

El País Vasco es conocido por sus pintxos, de múltiples tamaños, formas, texturas y materias primas. A ellos les gusta el café para empezar el día con la fuerza que les caracteriza. Cortado con leche y mucho azúcar, lo que se conoce como ebaki. Los chefs con renombre de esta región también lo utilizan en platos con estrella. Pescado, mariscos… productos de la tierra que se reinventan con esta famosa bebida.

Si nos movemos a Barcelona, ciudad que ya acogió una de las semifinales de “Cocinero del Año”, podemos afirmar que el café es una representación del ojito derecho de Gaudí. De hecho, las creaciones que acompañaron a esta semifinal se inspiran en los productos catalanes, en su geometría perfecta, con cantidades que rozan de cerca los números áureos.

El aroma a la flor del naranjo nos invade cuando bajamos un poco en el mapa de nuestro país. Imagina potenciar el aroma del Levante con el aroma del despertar. Y ahora imagina si servimos el café en frío. En forma de granizado, con leche merengada o con canela. Y el bombón valenciano, el clásico con leche condensada. Desde luego, los de la Costa Blanca y la Costa del Azahar saben preparar un buen dulce.

Si ya nos movemos al sur, tierra del sol y del buen tapeo, llegamos a Granada. Esta ciudad acogió la segunda semifinal de “Cocinero del Año”, con propuestas repletas de productos de la tierra andaluza. Una comunidad que no solo prefiere el café en vaso, cambiando la taza por este recipiente allá donde van, sino que también lo toman o con mucha leche o con mucho café.

Visitamos ahora el centro, muy cerquita de la Tercera Semifinal de “Cocinero del Año” celebrada en Valladolid. Madrid, capital del país, reúne muchas formas de tomar café, aunque sin duda nos encantan los coffee milkshakes, esas creaciones a medio camino entre bebida y postre de cuchara. Café con leche, solo, café frío con hielo… No son pocos los caprichos que acompañan a estos coffee lovers.

Y cada regla tiene su excepción. Pero esta regla tiene miles. Y es que, dentro de nuestro ritual, cada uno preferimos el café a nuestra manera. Puede que lo tomemos parecido a nuestros vecinos, pero siempre le daremos ese toque que nos gusta. Y esa es la magia de un buen café: capaz de unir sin perder la esencia individual.